Resolución 8K: qué es y diferencia con el 4K
La resolución 8K es uno de los mayores avances en alta definición. Se trata de una resolución de 7680×4320 píxeles, es decir, cuatro veces superior a la resolución 4K, capaz de proporcionar una experiencia de visualización increíblemente nítida y detallada. En este artículo se explica en detalle qué es la resolución 8K, cómo funciona y cuáles son las diferencias con la resolución 4K.
¿Qué significa 8K y qué es la resolución 8K?
La resolución 8K es el nivel más alto de resolución disponible para los displays y se refiere a una densidad de píxeles de 7680×4320, que corresponde a casi 33 millones de píxeles totales.
Esta tecnología ofrece una imagen cuatro veces más nítida que la resolución 4K y dieciséis veces más nítida que la resolución Full HD (1080p). En pocas palabras, representa un enorme avance en la calidad de imagen y permite apreciar los detalles más pequeños y visualizar las imágenes de forma más realista e inmersiva.
Sin embargo, es importante señalar que la resolución 8K requiere hardware y software muy avanzados para funcionar correctamente. Para manejar la enorme cantidad de datos necesarios para reproducir contenido en 8K, se requieren, por ejemplo, un sistema de procesamiento de video y una tarjeta gráfica con una potencia bastante elevada.
Además, el mismo contenido debe ser grabado con cámaras 8K, y las pantallas deben ser capaces de manejar los niveles de luminosidad y contraste requeridos para la reproducción de alta definición.
Historia del 8K
En realidad, no se trata de una nueva tecnología: su desarrollo se remonta a varios años atrás. De hecho, en la década de los 90, la compañía japonesa NHK comenzó a experimentar con Super Hi-Vision, la cual posteriormente dio origen a lo que conocemos como tecnología 8K. Sin embargo, inicialmente su uso era poco práctico debido a la necesidad de un enorme espacio de almacenamiento.
Posteriormente, en 2004, aparecieron los primeros modelos de televisores HD ready y Full HD (720p y 1080p), todavía demasiado inmaduros y faltos de muchas de las características que hoy en día son fundamentales para un televisor. En 2012 llegó la resolución 4K, pero incluso en este caso, la mayoría de los fabricantes de los primeros modelos subestimaron la importancia de elementos como el puerto HDMI 2.0 y los chips de decodificación. En 2019, finalmente llegaron los primeros televisores con pantalla 8K, pero también estos seguían siendo demasiado inmaduros.
Un año más tarde, gracias al consorcio 8K Association (marca de fabricantes de televisores y otras empresas que operan en el sector de vídeo y audio), los televisores 8K dieron un gran salto de calidad, finalmente incluyendo todas las características esenciales para disfrutar plenamente de la experiencia 8K, incluyendo las conexiones HDMI 2.1.
Actualmente, cada vez más fabricantes ofrecen modelos de televisores 8K y con el tiempo esta tecnología se volverá cada vez más accesible y popular.
Diferencia entre 4K y 8K
Como se ha mencionado anteriormente, cuando hablamos de 4K nos referimos a una resolución de 3840 x 2160 píxeles, mientras que cuando hablamos de 8K nos referimos a una resolución de 7680 x 4320 píxeles. Por lo tanto, 8K tiene cuatro veces la resolución de 4K. Ahora, ¿cuál es el efecto de esta mayor resolución y cuáles son las diferencias reales entre 4K y 8K?
En primer lugar, como se puede imaginar fácilmente, se tiene una mayor definición de la imagen. En otras palabras, los detalles son más nítidos y la calidad general del video es superior; las imágenes son increíblemente detalladas, nítidas y vívidas y, además de los detalles más pequeños, se pueden apreciar también las tonalidades de color más sutiles. Todo esto es especialmente importante cuando se miran imágenes muy grandes y se utilizan televisores de gran tamaño.
Además, con una mayor resolución se puede hacer zoom en la imagen sin perder demasiados detalles, lo que es útil cuando se desea examinar una imagen en detalle.
También existen algunas desventajas a considerar. En primer lugar, el 8K requiere más potencia de procesamiento que el 4K, tanto para la reproducción de la imagen como para la creación de contenido. Esto significa que los dispositivos que soportan el 8K son más costosos que los que soportan el 4K.
Además, debido a que el 8K tiene una resolución tan alta, se necesita un contenido igualmente detallado para poder aprovechar completamente esta tecnología. Actualmente, el contenido disponible en 8K todavía es limitado, lo que significa que muchas personas podrían no apreciar completamente la diferencia de calidad entre 8K y 4K.
Luego hay otras consideraciones a tener en cuenta cuando se habla de 8K. Por ejemplo, el formato de video HEVC (H.265) se utiliza ampliamente para la codificación de videos en 8K. Este formato permite reducir el tamaño del archivo sin comprometer la calidad de la imagen, lo que significa que los usuarios pueden descargar y reproducir contenido en 8K sin tener problemas de espacio de almacenamiento o ancho de banda. Sin embargo, la compresión puede resultar en una pérdida de detalles, lo que puede limitar la calidad de la imagen.
Resolución 8K y ojo humano
Muchos se preguntan si la resolución 8K es realmente visible para el ojo humano. La respuesta es que depende del tamaño del TV y de la distancia de visualización del televisor, así como de la capacidad visual individual. Por ejemplo, una persona con una vista «normal» puede notar solo una diferencia mínima entre un televisor 4K y uno 8K cuando la distancia de visualización es inferior a 1,5 metros, mientras que una persona con una vista más aguda puede notar una diferencia significativa incluso a distancias mayores.
El ojo humano es capaz de percibir una amplia gama de colores y niveles de luminosidad, pero también está sujeto a limitaciones: no es capaz, por ejemplo, de distinguir píxeles individuales con una densidad superior a aproximadamente 300-400 píxeles por pulgada.
En la práctica, esto significa que un televisor 8K puede no ser capaz de ofrecer una mejora visible en comparación con un televisor 4K o 1080p, a menos que se esté lo suficientemente cerca de la pantalla. Sin embargo, si se utilizan pantallas de gran tamaño, la resolución 8K puede marcar una gran diferencia.
¿Vale la pena comprar un televisor 8K hoy?
Si te estás preguntando si vale la pena comprar un televisor 8K, la respuesta es que depende de tus necesidades individuales y del presupuesto disponible. En este momento, estos televisores son aún relativamente caros en comparación con los modelos 4K y Full HD; además, los contenidos disponibles en 8K aún son pocos.
Sin embargo, la resolución 8K tiene algunas ventajas en términos de calidad de imagen que van más allá de la densidad de píxeles. A menudo, estos televisores de última generación utilizan tecnologías avanzadas como Quantum Dot y OLED, que permiten obtener colores más vivos, negros más profundos y un mejor contraste en comparación con los televisores de resolución inferior. Además, la mayoría de los televisores 8K también admiten Dolby Vision y HDR10+, lo que permite reproducir imágenes más detalladas y con mayor profundidad. Para profundizar en el tema del HDR, te remitimos a este interesante artículo.
Si estás dispuesto a invertir en un televisor de alta calidad para ver contenido de alta definición y planeas usarlo durante mucho tiempo, la compra de un televisor 8K podría ser conveniente a largo plazo, ya que se espera que se convierta en el estándar de visualización del futuro.
Video 8K y upscaling
Aunque todavía hay un largo camino por recorrer, los contenidos en 8K están ganando terreno poco a poco. De hecho, muchas empresas y productores de contenido están empezando gradualmente a invertir en la producción de vídeos en esta resolución, sobre todo para el sector de la cinematografía y las grabaciones de alta definición. Algunos ejemplos de contenidos en 8K incluyen documentales de naturaleza, videos de viajes y aventuras extremas, tomas aéreas y paisajes urbanos, videos de deportes de alta intensidad y videojuegos.
Algunas plataformas de streaming, como YouTube y Vimeo, ya ofrecen videos en 8K, aunque la mayoría de los consumidores todavía tienen dificultades para visualizar este tipo de contenido debido a las limitaciones de hardware. Los principales servicios de streaming bajo demanda como Netflix, Prime Video y Disney+ todavía se quedan un poco atrás.
Actualmente, lo que realmente marca la diferencia es la eficacia de la tecnología de Upscaling 8K. En la práctica, al cargar un video en 4K en un televisor 8K, por ejemplo, tendríamos 3 de cada 4 píxeles vacíos y es aquí donde entra en juego el upscaling. Se trata de una tecnología, en su mayoría basada en el aprendizaje profundo, que analiza la imagen y rellena los píxeles faltantes, devolviendo así el video escalado a la resolución máxima.
8K: las preguntas más frecuentes
Una pantalla 8K tiene 7680 píxeles horizontales por 4320 píxeles verticales, para un total de 33,2 millones de píxeles.
La principal diferencia entre 4K y 8K está en la resolución de los píxeles. Una pantalla 4K tiene una resolución de 3840 x 2160, mientras que una pantalla 8K tiene una resolución de 7680 x 4320. Esto significa que el 8K ofrece una mayor definición y nitidez de la imagen que el 4K.
Actualmente, el contenido en 8K sigue siendo limitado, pero se pueden encontrar videos en plataformas como YouTube y Vimeo. En su mayoría, se trata de contenidos relacionados con el cine, documentales naturales, videos de viajes y aventuras extremas, tomas aéreas y paisajes urbanos, videos de deportes de alta intensidad y videojuegos.
La decisión de comprar un televisor 8K depende de tus necesidades y del presupuesto disponible, considerando que los contenidos todavía son limitados. Sin embargo, si quieres la mejor calidad de imagen posible, un televisor 8K ofrece tecnologías avanzadas como Quantum Dot, OLED, Dolby Vision y HDR10+. Además, al ser previsto como el estándar de visualización del futuro, podría ser una inversión a largo plazo.
TV 8K: los modelos del momento
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Guía de la resolución 8K: conclusiones
La llegada de la resolución 8K representa un importante avance en el mundo de la tecnología visual. Gracias a su alta resolución, la calidad de imagen es superior, rica en detalles y matices, y es capaz de ofrecer a los consumidores una experiencia de visualización aún más envolvente y realista. Por supuesto, es necesario considerar que la difusión de la tecnología 8K requerirá la adopción de nuevos estándares de transmisión y visualización, así como de hardware adecuado. La oferta de contenidos en 8K todavía es limitada, pero varios actores del sector se están adaptando poco a poco a esta nueva tecnología que, sin duda, pronto se convertirá en el estándar.
